Un peligro diario

Microbus-MexicoEran las seis y cuarto del martes 9 de abril de este año, el camión ENEP con paradero en Metro 18 de Marzo salía rumbo a la Facultad de Estudios Superiores Aragón. Aparentando todo estar normal, hasta se podía dormitar con la paz y tranquilidad por el Metro Martín Carrera y aún con el leve ajetreo entrando por los Galeana con el poco pasaje y el silencio absoluto, predominando sólo el sonido del camión en las calles y el flujo de tránsito contrario al otro lado de la calle, en el camión, nos adentramos en un sumido silencio por todos los pasajeros, cada quien centrado en su mundo mostrando indiferencia.

Sin embargo, todo cambió al entrar a la calle Constitución de la República, esquina con Campeche, en la colonia Jardines de Guadalupe camino al Metro Netzahualcóyotl entre las seis cuarenta y cinco y las siete, cuando dos jóvenes no pasando de los 26 años de edad subieron y obligaron al chofer de la unidad a apagar la luz en silencio, para posteriormente, entre gritos, insultos y una pistola, despojaron a cada uno de los pasajeros de carteras, audios, audífonos y celulares, bajando al momento en Chihuahua atrás del DIF y dejando a su paso gente aterrada por lo sucedido y tensión en el ambiente. Dos calles pasaron después de lo ocurrido en la zona de “Las Torres” cuando uno de los pasajeros sentado en la segunda fila de asientos cuestiona molesto al chofer: “¿Cómo pudiste dejarlos subir si se veía de lejos que iban a asaltar?”; a lo cual responde el chofer con tono de fastidio: “Si tanto te molestó en ese momento se te hubiera quitado lo cobarde y les hubieras reclamado a ellos, a mí no”.

El silencio después de ese pleito fue incómodo hasta llegar al metro cuando todos se lamentaron por lo ocurrido y al haber podido encontrar la forma de detenerlos. Sólo se expresaba impotencia por un objeto: la pistola -sin importar si estaba cargada o no-, el miedo predominó sólo por eso.

Llegando a la base de la FES Aragón, todo había pasado dejando escuchar la posibilidad de denuncia, pero sólo seguían las expresiones de impotencia y la existencia del “hubiera”.

Un día después, se repetía perfectamente lo ocurrido el día anterior demostrando la nula denuncia por parte de los pasajeros; ¿la razón?, la seguridad en el Estado de México es tan carente que se debe llamar en el acto del delito y levantar la denuncia en el ministerio público del municipio correspondiente, y a veces sin la existencia del derecho al anonimato o esperar a los servicios, no dar la denuncia por teléfono y se deben tener los datos como sitio, quiénes asaltaron, ruta, hora, entre otros datos -que pueden ser o no difíciles de captar- con un límite de 7 días para validar la denuncia y ver si califica para ser atendida y poner a la policía a actuar.

Por: Victoria Patlán Franco